
Y todo esto lo capta el corazón y no deja de palpitar… Y lo hace con palabras sencillas, como so las que en esta página se desgranan.
Las frases no son rebuscadas. Son simples, naturales, imitadoras fieles de la Naturaleza. Así quise interpretar el entorno que rodea la vida del Hombre en su peregrinar por su casa, la Tierra. En estas páginas no hay grandilocuencias. Hay tan sólo sentimientos que afloran y que aspiran a darse para que un magnánimo lector las asimile, comparta y sienta. Por eso para eso fueron escritas. Sintamos juntos, entonces: conversar es también acompañar el movimiento de la Naturaleza. Así, desde la primera estrofa hasta la última, estoy conversando contigo, generoso lector.
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